«Autismo. Diario de otro diagnóstico tardío» es el subtítulo de mi último e-book: «El faro que ilumina mis sombras». En él voy relatando mi diario durante 6 meses, hasta que descubrí a través de un camino intenso de indagación, pruebas y entrevistas con una neuropsicóloga especializada, que soy autista.
Ha sido uno de los caminos más intensos, profundos y potentes de mi vida. Nada hay más apasionante que descubrirse a uno mismo más y mejor. Al final del artículo te dejo los enlaces donde puedes encontrar el e-book.
Aquí te dejo la introducción y algún apartado del libro:
Introducción
Cuando era cría, descubrí que mi manera natural de expresarme era a través de las palabras escritas.
Mucho más tarde, en la edad adulta, cuando comencé a compartir en público algunos textos en redes sociales o en blog, me di cuenta de que algunas personas empatizaban conmigo, a algunos les encantaba mi manera de escribir.
Varios me felicitaron y algunos hasta me pagaron por ello.
Cuando escribo lo hago desde dentro. No estoy sujeta a normas ni estructuras, por eso no soy “escritora” de profesión, sino de pasión. Escribiendo no tengo que seguir protocolos.
Escribir me permite vomitar de manera constructiva esas cosas que a veces se me quedan pegadas en las tripas; por lo tanto, me resulta terapéutico.
Escribir también me permite contar a otros lo que tal vez no sé cómo contar de manera oral.
Escribir, a veces, me hace entrar en una especie de “trance” donde el resto del mundo desaparece. Es una frecuencia especial. Cuando alcanzo esa frecuencia es cuando conecto del todo con lo que llevo dentro y es entonces cuando mis textos llegan de verdad al corazón de otras personas. Eso de que las personas “conectamos” lo llaman empatía.
Hoy es 15 de octubre de 2023 y estoy en mi casa, en Valencia, recuperándome de una infección y un agotamiento bastante importante.
Algo que me apetece hacer es ir escribiendo esas sensaciones íntimas y a veces trascendentales que se viven caminando. Y las sensaciones íntimas que vivo en el día a día de mi vida cotidiana que tal vez no he contado nunca, por creer que son sensaciones “fuera de lo común”.
Hoy leí un mensaje de alguien que me preguntaba si esos viajes por los Caminos de Santiago o por otros lugares, pueden ser huidas de nuestros miedos. Yo le dije que depende de cada persona.
Los motivos para caminar son tan personales y diversos…
En mi caso, camino por placer; pero también como aprendizaje, como terapia, para superar miedos, para exponerme a situaciones que para mí son retos; camino también por necesidad, para encontrar mi equilibrio interno.
Camino para crecer, para desarrollarme como persona. Caminar me encanta, pero no deja de ser un gran desafío para mí por diversos motivos (y no precisamente desafío físico, que también). Caminar siempre lo he recomendado a mis clientes de sesiones de psicología online.
En este e-book voy a ir contando mi camino de búsqueda interior de los últimos tiempos. Es muy psicológico. Necesito encontrar una pieza que me falta de mi personalidad que lleva perdida desde que nací. Y, hasta ahora, nadie me ha dado respuestas que me encajen al 100 %
Soy una persona bastante reflexiva desde cría.
Creo que tengo una buena capacidad de autoobservación y desde que me vengo observando (al menos desde que tenía 13 años que empecé a escribirlo en mis diarios) tengo la sensación de ser diferente.
He recibido feedback de otras personas también, en todas las etapas de mi vida.
Cosas como:
– Eres especial
– Eres rara
– Eres una persona poco común
– Eres muy inteligente
– Te agobias enseguida
– ¿Por qué le das tantas vueltas a todo?
– A tu edad ya deberías…
– ¿No te das cuenta de que…?
– Siempre has ido a la tuya
– Eres muy auténtica
– No dejas de sorprenderme
– Cuando se te mete algo entre ceja y ceja…
– Te quedas “empanada”
– Te atoras
– Eres altamente sensible
– Eres muy valiente
– No me aclaro contigo
– No eres normal
– Eres un ser de luz
– Eres muy tímida (esta era una constante en mi infancia)
– ¿Se te ha comido la lengua el gato? (otra constante en mi infancia)
Tengo asumido que soy diferente, pero también hay cosas de mí misma de las que me doy cuenta que no me doy cuenta (valga la redundancia); y entonces toman gran importancia los faros que voy encontrando en el camino.
Esos faros pueden ser personas o situaciones que iluminan mis sombras y me ponen delante lo que no resultaba tan evidente.
A esa pieza que siento que no encuentro, algunos psicólogos, le dieron el nombre de “alta sensibilidad”. Me encaja el término bastante, aunque no del todo. Sé que la supuesta “alta sensibilidad” NO se corresponde con todo lo que necesito saber.
¿Qué es neurodivergencia?
La neurodivergencia es un término que se utiliza para describir la variabilidad en el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Se refiere a la idea de que las diferencias neurológicas, como trastornos del espectro autista (TEA), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dislexia, entre otros, son simplemente variaciones naturales de la neurodiversidad humana.
En lugar de ver estas diferencias como trastornos o desviaciones de la norma, la perspectiva de la neurodiversidad sostiene que estas variaciones son parte integral de la diversidad humana y pueden tener sus propias fortalezas y desafíos.
La neurodivergencia promueve la idea de aceptar y respetar las diferencias en el procesamiento cognitivo y en el comportamiento, reconociendo que cada persona tiene sus propias habilidades y modos únicos de experimentar el mundo.
Es importante destacar que el término «neurodivergencia» se utiliza en contraste con «neurotipicidad», que se refiere a las personas cuyo funcionamiento neurológico se ajusta más a las expectativas sociales convencionales.
Una vez explicado esto…
Cómo descubrí que soy autista
Si te has sentido toda la vida como una extraterrestre, si crees que no encajas en ninguna parte; si has estado esperando o sigues esperando a encontrar a los de tu especie, tal vez eres neurodivergente. Yo lo soy, lo he descubierto ahora, en mi edad adulta. Y esta es, hasta el momento, la historia más íntima que he publicado. La historia de un diagnóstico tardío de autismo femenino.
Descubrí que soy autista de la mano de Noemí, una neuropsicóloga especializada. No todos los psicólogos estamos preparados para hacer una evaluación diferencial.
¿Por qué cuento que soy autista?
- Porque quiero contribuir a visibilizar el autismo femenino y a eliminar mitos y prejuicios, porque los diagnósticos hasta ahora se han centrado en perfiles masculinos, dejándonos a las mujeres fuera (como en tantas otras cosas).
- Porque somos muchas mujeres que hemos llegado a la edad adulta llenas de dudas, de incomprensión y sintiéndonos extraterrestres.
- Porque en general tenemos una idea del autismo muy sesgada (yo también la tenía, jamás imaginé que yo pudiese ser autista hasta que empecé a escuchar testimonios de mujeres autistas diagnosticadas en la edad adulta).
- Porque ni en la carrera de psicología ni en el máster de psicología sanitaria nos enseñan a identificar ni a diagnosticar el autismo femenino en adultas, por lo tanto la mayoría de psicólogos no somos capaces de hacerlo. Eso debe de cambiar.
El e-book puedes encontrarlo en estos enlaces:
- Amazon. EL FARO QUE ILUMINA MIS SOMBRAS. Autismo. Diario de otro diagnóstico tardío
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