A la vista del gráfico de la portada, la mayoría de participantes en la encuesta consideran que el Camino de Santiago y el Senderismo aportan cosas diferentes a nivel psicológico, mental o espiritual.
Solo 9 personas de 143 sienten que les aporta exactamente lo mismo. Vamos a reflexionar un poco…
Me levanto un día con una idea en la cabeza. Senderismo vs Camino de Santiago. Me pregunto a mí misma si noto diferencias de una cosa a otra respecto a lo que me aportan a nivel psicológico o espiritual.
Lo pienso profundamente, porque ambas me aportan un gran bienestar. Mi primer Camino de Santiago lo hice en el año 2013 y desde aquel primero, ha habido muchos más; pero sin embargo, llevo haciendo senderismo o caminando por las montañas desde hace muchísimo tiempo. Como me he criado parte de mi vida en el campo, la montaña siempre ha sido un referente para mí desde niña.
Me dispongo a redactar un artículo de reflexión personal pero pienso que es mucho más bonito hacer un artículo de opinión más participativo, por eso lanzo el cuestionario donde muchos de vosotros habéis dejado vuestras respuestas. Infinitas gracias a todas las personas que respondisteis. Sois parte de la esencia de lo que yo llamo caminoterapia. Gracias también a los administradores y administradoras de los grupos de Facebook de los Caminos de Santiago y de Senderismo y Montaña que me permitisteis compartir el formulario en vuestros grupos.
Si tuviese que elegir entre hacer Senderismo o hacer Caminos de Santiago… pues sinceramente, no podría elegir sólo una cosa. Porque dependiendo del momento me apetece una cosa u otra.
Tanto la montaña como el Camino de Santiago, como caminar por la orilla de la playa han sido y siguen siendo mis maestros de vida. Me enseñan el camino hacia mí misma. Después del confinamiento he valorado más aún caminar por la orilla de la playa que tengo cerca de casa.
Ha habido rutas que literalmente me han marcado y han sido un punto de inflexión en mi vida. Siendo niña y siendo más mayor. El Clímax del Caminante y de rebote esta página web donde estás leyendo este artículo se lo debo a Pico Viejo, en la Isla de Tenerife, y esa ruta fue en el año 2011. Se cumplen ahora 9 años de aquel día y aún lo celebro y me emociono recordando aquel sendero.
También me emociono recordando algunas puestas de sol en el Camino de Santiago y muchas situaciones vividas con personas.
Mis respuestas
He respondido que me aportan cosas diferentes, pero no una mayor que otra.
Creo que en parte sí que está vinculada la dificultad de la ruta o la etapa al nivel de satisfacción o aporte de bienestar psicológico. En mi caso, generalmente cuando algo me parece más complicado, si lo supero con éxito me resulta más placentero (tanto si se trata de una etapa del Camino o de una ruta de Senderismo). Pero también depende de la belleza de la etapa o la ruta (sí, ya sabemos que la belleza es subjetiva).
Creo que también depende de mi sistema de creencias. Yo soy agnóstica, pero tengo mi punto espiritual desvinculado totalmente de la existencia de un dios pero muy ligada a los elementos naturales. Si yo tuviese un dios o varios, mis dioses serían la tierra y el agua.
Soy más de creer (porque así lo siento) que las montañas, los valles, los ríos, el mar, los árboles, animales y todos los lugares por los que camino y también las personas que me encuentro en esos lugares, son seres que me aportan, con los que interacciono y de los que me nutro y aprendo en mis caminatas, tanto por las montañas como por el Camino de Santiago.
Las diferencias en mi caso son, que cuando hago Caminos de Santiago suelo estar más días seguidos andando que cuando hago rutas de montaña y cuantos más días andando seguidos, más placer. ¿Pero y si me ponen 7 días caminado por un Camino de Santiago o 7 días caminando por los Pirineos? Mmmm… he probado ambas cosas y ahí elegiría en función de lo que me apeteciese en ese momento.
Por otra parte, las personas que encuentro en el Camino de Santiago suelen ser más variadas (porque en cantidad son más) y las conversaciones del Camino suelen ser más enriquecedoras que las conversaciones que pueda tener con alguien haciendo senderismo. Pero bueno, hay de todo en ambos lugares. También es cierto que debido a la comodidad de los caminos por los que transcurre el Camino de Santiago, hay más posibilidades de conversar que cuando estás subiendo una dura cuesta de una travesía de montaña.
Hay personas que cuentan Caminos y otros que cuentan Cimas; y está bien. Hay personas que cuentan sus logros en cantidad y otros en calidad y otros mezclan ambas cosas.
Me gustan estas frases:
No es más quién más alto llega, sino aquel que, influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente
Maurice Herzog
El cuerpo vaga por las montañas y el espíritu se libera
Hsu Hsia-k´o
Otra diferencia es que el Camino de Santiago, aunque hay etapas duras y muy largas, suele ser de un nivel físico de exigencia algo menor, por lo tanto más cómodo de recorrer que algunas rutas de montaña. Por ello tal vez encuentro el Camino de Santiago más asequible y cómodo y con más servicios y eso hace que me relaje más cuando camino por él, invitándome también más a la instrospección.
Haciendo senderismo muchas veces la atención debe estar totalmente puesta en la interacción de nuestros pasos con el medio para no caernos o manteniendo la atención para poder llegar al final de la cuesta, debemos poner la máxima atención en el aquí y el ahora por cuestiones básicamente de supervivencia si la senda es excesivamente estrecha (por ejemplo si tenemos algo de vértigo como es mi caso).
En una ruta de montaña, la dificultad suele ser mayor y el desgaste energético también; pero la recompensa de haber superado una ruta de montaña complicada es mucho mayor. ¡Pero ojo! No estoy diciendo que el Camino de Santiago sea fácil. He tenido algunas etapas en las que pensaba literalmente que me moría.
El Camino de Santiago y las peregrinaciones tienen más tradición (mucho más antigua) que hacer senderismo, por lo tanto acumula un halo de simbolismo, energía y misterio humano que tal vez no se encuentra tanto haciendo senderismo. Lo de hacer senderismo como tal creo que es algo bastante reciente.
Pienso además que si fuese yo creyente en Dios, el Camino de Santiago tendría un plus para mí. Creo que el Camino de Santiago tiene un plus para las personas creyentes.
Para mí el Camino de Santiago no termina en Santiago de Compostela, no tiene final en realidad. Y tampoco una ruta de senderismo termina en la Cima de una montaña. Eso son solo lugares físicos de referencia importante, pero nada más.
Tanto el Camino de Santiago como hacer Senderismo enganchan como si fuesen drogas…. Aquí os dejo un artículo que escribí hace tiempo Por qué engancha el Camino de Santiago desde un punto de vista neurológico, pero podríamos extenderlo al senderismo o a practicar algún otro deporte o afición.
Mis conclusiones
Así que concluiré diciendo que el Camino de Santiago me aporta más a nivel de interacción con otras personas y el senderismo me aporta más a nivel de interacción con el medio natural. Y como ambas cosas son igual de importantes para mí, pongo al mismo nivel el Camino y hacer Senderismo respecto a los aportes psicológicos de bienestar.
Las sensaciones de libertad, bienestar, conexión conmigo misma y aprendizaje son igual de satisfactorias.
Yo la espiritualidad la encuentro en una roca, en la arena de la playa de mi ciudad o en la persona que conozco caminando por cualquier lugar. Creo que la espiritualidad la llevamos dentro y la proyectamos en los lugares que elegimos.
Y antes de pasar a vuestras respuestas, hago un guiño a todas aquellas personas que por motivos físicos o psicológicos no pueden caminar. Y recuerdo que caminar no solo se hace con los pies. Caminantes de la vida somos todos por el hecho de estar vivos.
Vuestras respuestas al cuestionario
Vamos pues con vuestras respuestas al cuestionario. Los gráficos arrojan los resultados y voy a resaltar las respuestas que más me han llamado la atención. GRACIAS de nuevo a todos y todas. Los comentarios del blog están habilitados por si queréis hacer algún aporte público más.
En menos de 24 horas que ha estado abierto el formulario, hemos participado 143 personas. Podéis seguir dejando vuestros comentarios en el post.
El gráfico es claro: muchas personas coincidimos en que el Camino de Santiago y hacer Senderismo nos aportan cosas diferentes. A 9 personas de las 143 que respondimos el cuestionario, les aportan exactamente lo mismo. Curioso, ¿verdad? Vamos con más respuestas.
A 96 personas el Camino de Santiago les aporta mayor satisfacción, a 37 personas (entre las que me incluyo) nos aportan cosas diferentes pero no consideramos que uno nos aporte más que otro en cantidad; y a 3 valientes en minoría hacer senderismo les aporta mayor satisfacción. Gana en cantidad de aportes al bienestar psicológico el Camino de Santiago.
¡Vaya casi 50%! ¿Estamos o no estamos influenciados por nuestro sistema de creencias? Aquí necesitaríamos a un investigador en psicología para que hiciese y analizase las cosas con rigor jejeje Pero como esto es solo un artículo de opinión, pues ahí están nuestras opiniones.
¡Aquí igual! Casi 50% … las opiniones respecto al nivel físico de exigencia están muy repartidas. Nada que añadir.
Vamos ahora con lo más bonito de la encuesta: vuestras opiniones. Como el cuestionario es totalmente anónimo, las respuestas también lo son. Voy a compartir las que me han parecido más interesantes a la pregunta 3:
Qué cosas diferentes a nivel psicológico, mental o espiritual te aporta hacer el Camino de Santiago y hacer Senderismo
Todas las respuestas son anónimas. Podemos estar de acuerdo con ellas o no, pero lo mejor de caminar es la empatía 🙂
Porque al hacer el Camino de Santiago salí de mi zona de confort, cosa que no me sucede al hacer senderismo. Quizás porque para hacer el Camino tengo que viajar miles de kilómetros y lo hago en solitario. El senderismo lo hago con mis amigos y es cerca de casa. También el Camino implicó más días, con lo cual la desconexión fue más total, estaba en otro país, con otro horario, comida, gente, costumbres, etc. Tuve que romper paradigmas, pero también fue un descanso porque pude ser yo, libremente, decidir por mí, quitarme etiquetas (ya que nadie me conocía), pude reinventarme, ser. Espiritualmente, soy creyente, pero hace años que no practico una religión en específico, sin embargo pude sentir una conexión fuerte con Dios durante el Camino, o con lo que yo denomino Dios. Y también hice las paces con él. Practiqué la aceptación. Y resolví un duelo que tenía pendiente. El cansancio físico facilita que el Espíritu se fortalezca, en mi experiencia.
Hice por primera vez y única mi camino el año pasado (Del 1 de Julio al 17 de Julio del 2019). Era algo largamente esperado y con muchas expectativas. Lo realicé en bici y en solitario. Pude volver a estar en comunión conmigo mismo, ya que necesitaba ese diálogo interno. El senderismo, a mi forma de ver es diferente más allá de las distancias. Es más breve y entro en comunión con todo lo que me rodea y no tanto conmigo mismo. Es como la diferencia entre un fin de semana y unas vacaciones. El senderismo no me pone a prueba tratando de sortear o solucionar problemas que te van surgiendo de forma inesperada, por el contrario el Camino sí. Hay que improvisar muchas veces. El albergue en el que te quedarías cerró y te tienes que mover 15 km más con todas las fuerzas mermadas o regresar por donde venías ya que el camino está anegado por las fuertes lluvias y tienes que improvisar un plan B. En el senderismo es más tranquilo.
El Camino de Santiago y las rutas de Fe nacieron con otro objetivo: peregrinar es una alegoría de la vida del creyente, de cualquier confesión religiosa. Caminar caminar cualquiera, pero peregrina quien percibe la vida como un regalo y busca en su andar el conocimiento profundo de las cosas, incluso de si mismo. Peregrinar mitiga el absurdo de la muerte porque nos propone y nos abre al sentido de la trascendencia. Peregrinar te hace desprender de los lastres del individualismo y te pone en situación de solidaridad, porque uno empieza a sentir que llegar solo no basta, sino que llegar con otros llena el corazón. Como en la vida misma: progresar y promoverse solo, sin el compromiso con los demás, es egoísmo disfrazado de autoayuda y unión con el cosmos.
Para mi hacer el Camino no es sólo una actividad lúdica y deportiva (que lo es también) sino que es una actividad espiritual. El Camino casi siempre lo he empezado solo y con la intención de hacerlo solo. No sé si es por el hecho de que nunca he hecho senderismo más de dos o tres días seguidos y en cambio en el Camino he hecho travesías de tres, cuatro y cinco semanas, supongo que no puedo juzgar o compararlos. En mis caminos lo que he apreciado desde la primera vez es la oportunidad de estar solo contigo mismo, sin obligaciones personales, laborales, familiares, sólo yo y el Camino. Es una meditación profunda e intensa y que comienza a dar sus frutos a partir de las dos o tres primeras semanas, al menos así ha sido en mi caso.
Al tratarse de un viaje de varios días y con recursos personales mucho más limitados, el Camino de Santiago plantea un reto de superación que el senderismo no proporciona. Igualmente, también ofrece más tiempo para reflexionar y favorece el crecimiento personal. Cada tramo del Camino es una oportunidad para conocerse mejor y, al mismo tiempo, me ayuda a vencer mis limitaciones, tanto las propias de las etapas como las de la vida diaria. Además, ayuda a fortalecer mi relación de pareja (los Caminos los hago con mi compañero), incluso durante los preparativos, y nos hace vivir con ilusión los meses previos a cada nuevo viaje.
Posiblemente, el hecho de permanecer durante un tiempo indeterminado lejos de mi zona de confort (casa), sobreviviendo con “lo puesto”…hace que mi mente se abstraiga mucho más y me lleve a un nivel de levitación mental mucho más alto que realizar senderismo “al uso”, a lo largo de cualquier momento del año. Tener tu casa y a los tuyos cerca, te ofrece una seguridad, que en mi caso, el Camino de Santiago no alcanza a proporcionarme. Libero más endorfinas alejado de mi casa, y la autoexigencia junto con la magia que se respira a lo largo de cada paso del Camino me hace viajar a un lugar al que no puedo calificar.
El Camino de Santiago fue para mí una experiencia única.Cuando volví la sensación era que eso era todo lo que estaba bien en la vida. Esa experiencia me transformó, sentí un bienestar en todo nivel psicológico mental espiritual. Fue un gran desafío.Realice otros como la Vía Francigena en Italia y el camino del Inca pero no tuvieron en mi el mismo impacto que el Camino, quizás porque este lo realicé sola. En cuánto al senderismo en general me gusta mucho y me relaja el contacto con la naturaleza y descubrir nuevos lugares pero no me sucedió lo mismo creo que no es una experiencia tan intensa.
Cuando hago una ruta de senderismo intento que tenga algún contenido social, cultural y/o histórico que de sentido a cada uno de mis paso. En el Camino de Santiago siento, además de lo anterior, que logro una desconexión a nivel físico y mental que me llevan a un estado espiritual propio que surge de cada etapa de ese Camino. En ambos casos busco caminos, senderos, con vida propia pero en el caso del Camino de Santiago u otros, se convierten en un lugar mágico que despiertan y llevan mis emociones a un estadio superior.
El camino: la serenidad psicológica que me da es porque según pasan etapas de 6, 8 ó 10 horas marchando, me da tiempo a ir pensando y descartando asuntos a los que me ronronean en la cabeza, hasta que una mañana te das cuenta que no piensas nada más que en el momento y en caminar. El senderismo: Yo el senderismo si lo pudiese hacer de la misma extensión de tiempo, durabilidad y dormir cada vez en un sitio, fuera del ambiente diario de trabajo y vida. Pienso que llegaría a alcanzar la serenidad, también.
Empezando con el senderismo, para mí es entrar en contacto con la naturaleza, con los elementos, a veces sin rumbo fijo, sólo caminar. El Camino es distinto, es superación, tienes un objetivo, y cada etapa es distinta, aunque yo lo hice en bicicleta tuve que plantearme cada día si continuaba o lo dejaba. Hay personas que dicen que el Camino te cambia, pero no se refieren al hecho de caminar, es compartir esa experiencia, por eso son experiencias distintas.
Para mi hacer el Camino de Santiago supuso más satisfacción porque fue hacer Senderismo durante muchos días, sin volver a casa a dormir, compartiendo parte de esas vivencias con gente a la que no conoces. Además cuando hago senderismo siempre lo hago en grupo, sin embargo, en el Camino, aunque no lo hice sola, muchos tramos de las etapas si lo hice, y vas tú sola contigo misma y el entorno. Puedes ahondar en tu interior de una forma incomparable.
Soledad, encontrarme a mí mismo,ver las cosas más tranquilo,al ver las cosas más tranquilo las veo diferentes,valorar lo que tengo, valorar que lo importante es el amor, que no hace falta tanto para vivir mejor y ser feliz. Ver que hice cosas que no están bien y arrepentirme de haberlas hecho. Creer en un ser superior y su existencia. Las misas del peregrino y creencias valen para algo. Siempre tiene que haber una meta para no estar triste.
El Camino me aporta sobre todo libertad y autoconfianza, ya que suelo hacerlo solo. Es un enfrentarte a tus miedos y limitaciones ante lo desconocido día tras día. Eso se traduce también en mayor autoestima. Por otra parte también aporta mayor espiritualidad y fuerza a mis creencias religiosas, por alguna razón una misa en el Camino me llena mucho más que otra en cualquier otro día del año.
El espíritu del camino es real, existe, y es independiente de uno mismo y las creencias personales que cada uno tenga. El espíritu del camino es del grupo que hace el camino hoy, lo han empezado a construir los que han venido caminando durante siglos y lo seguirán disfrutando y construyendo los que caminen mañana, pasado y en los próximos siglos.
Hacer el Camino de Santiago es algo más espiritual. No me puedo explicar muy bien, pero no soy una persona religiosa y a pesar de eso me hace sentir más abierta al universo. Aprecio más la gente. Escucho y veo mi alrededor de una manera distinta. Hacer Senderismo hace algo parecido pero dura menos tiempo y es más enfocado en la naturaleza.
Las diferencia se debe fundamentalmente al hecho de que el Camino es un lugar sagrado y bendecido. Cantidad de Iglesias y ermitas jalonan el camino fruto de su historia Un lugar dónde es fácil encontrar a Dios En muchos casos es camino de conversión, y eso no depende del “sistema de creencias”, es un regalo, un don.
Al final hacer senderismo y caminar por el Camino de Santiago es lo mismo, pero para mí la diferencia está en la convivencia (albergues,caminar con gente de todo el mundo, etc… ) y también en la cantidad de días. Y a todo eso le sumo la llegada a Santiago,que para mi es algo indescriptible.
Es una experiencia muy espiritual ya que el hacerlo desde un inicio representa el pago de una deuda con Dios y la vida de agradecimiento y con eso en mente se recibe una gran satisfacción para el alma en el camino en cambio en senderismo es por el afán del ejercicio con satisfacción física.
Me aporta la libertad de no ir a dormir a casa, de elegir donde duermo, donde como, hasta donde ando…con quien… Al tener una vida llena de obligaciones, ir a hacer el camino me deja estar conmigo misma y ser yo, no «la madre de» «la hija de»…me siento en MI lugar.
El camino de santiago me aporta paz, serenidad, no hay prisa te, permites, conocer a mas gente de diferentes lugares que aportan diferentes formas de ver la vida. El senderismo, en mi caso subir a picos, me proporciona adrenalina, reto, superación por llegar a la cima.
Es totalmente distinto,hago diariamente senderismo,disfruto y me encanta,pero nada de comparación…el camino es mas espiritual, la gente está mas dada a conocer hablar compartir…he de decir q mi mejor amiga,la encontré en el camino.
Tanto cantidad por el objetivo o finalidad, como relaciones con personas y lugares, son muy diferentes, pero a nivel emocional el abanico de posibilidades es infinita y decisión de cada individuo.
El camino de Santiago es más espiritual, por lo que la mente percibe más intensas sensaciones, de igual modo es más largo por las etapas que dispone. Senderismo es hacer deporte y regresar a casa.
Solo a nivel psicológico y mental, hacer el camino te da una sensación de logro que no me da el senderismo, amén de que te permite interrelaciones con personas de diferentes culturas o lugares.
La meta al final del Camino de Santiago me llena de amor a Dios. Hacer senderismo me lleva a alcanzar una meta física que ayuda a mi cuerpo a sentirse mejor.
Siempre practico senderismo solo, por lo que el Camino me produce una satisfacción diferente al ir compartiendo tramos de mi viaje con otros caminantes.
El sentirme parte de una peregrinación que hace tanta gente y desde hace siglos la carga de una energia especial que saca lo mejor de mi misma.
Y después de leeros: el Camino de Santiago queda ganador en espiritualidad
Fantásticas vuestras respuestas. No las he compartido todas, porque muchas respuestas son similares.
En términos generales la conclusión principal respecto a esta encuesta diría que los aportes del Camino de Santiago son más psicológicos, espirituales o religiosos y el Senderismo aporta más a nivel físico.
Aunque no todos pensemos de la misma forma y podamos encontrar la misma espiritualidad en el Camino de Santiago que en la montaña, tiene bastante lógica, puesto que el Camino de Santiago está considerado como una peregrinación.
Sigo pensando que sí tiene que ver nuestro sistema de creencias, que se han ido implantando en nosotros desde que nacimos.
Y esas creencias las proyectamos en cada uno de los contextos por los que andamos en la vida (sea Camino de Santiago, sea Senderismo o sea andar del comedor a la cocina o sea estar sentados viendo una película). Somos personas influenciadas por nuestros aprendizajes, cultura y educación (sean las que sean que hayamos tenido).
Muchas gracias a todos por la participación, he pasado un buen rato leyéndoos y aprendiendo. Si queréis comentar, podéis hacerlo en este post. Siempre con respeto hacia otras formas de pensar. Gracias.
Feliz momento.
Comentarios recientes