Sin los límites de la percepción, la realidad sería infinita. ¿Para qué nos sirven los estados no ordinarios de conciencia? ¿Qué nos aportan esos estados de «trance»? Si alguien algún día lo averigua a ciencia cierta, que me lo diga. Creo que la naturaleza no gastaría energía en hacer nada sin motivo, pero es una creencia mía. Quiero creer que el «para qué» tiene que ver con la evolución. Los estados no ordinarios son naturales en el ser humano, por algo existirán, digo yo. ¿Qué nos proporcionan los estados no ordinarios de conciencia o como me gusta llamarlos «estados de trance» a nuestra vida cotidiana? Nos aportan riqueza.

Realidades como la de inexistencia o de hiperexistencia, éxtasis, comprensión profunda, amor incondicional, contacto con la divinidad, etc. son algunas de las que se pueden vivir durante la meditación profunda cuando entramos en estados no ordinarios de conciencia.

También podemos acceder a esos estados a través de otros métodos o herramientas como la ingesta de sustancias psicodélicas, la práctica de ciertos tipos de respiración, la privación sensorial, etc. Personalmente, a estos estados no ordinarios de conciencia, me gusta llamarlos trance.

Desde que existimos estamos accediendo a esas otras realidades por unos métodos u otros.

Algunas comunidades o personas creen que de esos estados podemos:

  • obtener sanación,
  • comunicarnos con los espíritus de seres fallecidos,
  • conectar con entidades que habitan en otros planos de realidad,
  • obtener información de nuestro subconsciente que de otra manera sería inaccesible,
  • etc.

 

Yo, en el momento actual, me abstengo de opinar sobre todo lo anterior: no tengo certezas absolutas. Y no me gusta creer, me gusta saber.

Aunque el término psiconáutica no aparece en la RAE en el momento de escribir este artículo, es utilizado por muchas personas que se autodenominan psiconautas para navegar por estos estados no ordinarios de conciencia o estados de trance. Yo no sabría cómo definirme… llevo accediendo a esos estados no ordinarios de conciencia a través de la meditación desde que era una cría; me considero  exploradora 🙂

Si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito -William Blake

Y la eterna pregunta: ¿para qué sirven esas experiencias místicas, reveladoras, extraordinarias…? ¿Qué ganamos entrando en estados no ordinarios de conciencia? Podríamos decir que nos sirven para pasar un buen rato, sí. Pero en mi opinión, tienen que servir para algo más; tienen que servirnos a nivel evolutivo. Creo profundamente que la naturaleza es sabia y no gasta energía sin sentido. Ya lo dije, ¿verdad? 🙂

 

Qué nos aportan las experiencias vividas durante el trance

 

¿De qué le sirve a una persona la práctica de meditación si después de “pasar un buen rato” no se lleva nada consigo? ¿De qué le sirve a una persona tomar un psicodélico si después de “pasar un buen rato” no se lleva nada consigo?

En este tipo de experiencias no solo se “pasa un buen rato” (o mal rato); no es así de simple. Lo que ocurre además, es que la realidad toma otra dimensión (u otras dimensiones, porque la experiencia puede ser muy extensa). A veces sentimos que desaparecen los límites de la percepción, o que cambia y se extiende. Se puede llegar a sentir una experiencia de inexistencia o de hiperexistencia muy real. Se puede llegar a entrar en la realidad infinita.

Terminar la experiencia y sumirse en la realidad habitual sin llevarse ningún aprendizaje (solo llevándonos el recuerdo)  me parece malgastar recursos jeje. Son experiencias muy ricas e intensas como para volver a una realidad ordinaria, plana y simple. Conservemos pues los aprendizajes de estas experiencias, guardémoslos en la mochila vital de nuestra personalidad.

Por ejemplo:

  • ¿De qué me sirve sentir amor incondicional durante una experiencia meditativa?

Me sirve para poder ser más compasiva, abierta, comprensiva y empática con mis semejantes cuando vuelvo a mi “realidad habitual”; aunque no piensen o sientan como yo. Porque me he dado cuenta de que la realidad, aunque sea infinita, cada persona la codificamos de una manera y la convertimos en subjetiva. La percepción de amor incondicional durante un estado no ordinario de conciencia es una sensación muy potente, que inunda infinitamente todo lo que existe. Durante esa sensación el amor en estado puro se hace patente; libre de apegos, de celos, de envidias y de cualquier otra emoción o pensamiento. Es complicado de explicar con palabras.

 

  • ¿De qué me sirve sentir hiperexistencia durante una experiencia meditativa?

Me sirve para darme cuenta de que lo que yo vivo diariamente, con mis miedos, mis pensamientos, mis emociones, mi forma de actuar, etc. es realmente una parte de la existencia misma. Una parte subjetiva condicionada por mi aprendizaje vital, por mi biología, por mi personalidad, por mis propios filtros. Pero cambiando esos filtros, mi realidad cambia. Sirve entonces para ser más flexible conmigo misma. Me sirve para aumentar mi flexibilidad psicológica en mi vida diaria. La percepción de lo que yo llamo hiperexistencia o podría llamar también realidad infinita, es justo eso: impregnarse de todas las posibilidades infinitas de la existencia; darnos cuenta de ellas y convertirnos en ellas. Ser esas posibilidades. Es algo complicado de explicar; al igual que el amor incondicional, para entenderlo bien, hay que sentirlo.

Es habitual, al menos en mi caso, llorar durante estas experiencias por su grandeza, por sentir la inmensidad en mí. Pero cada persona puede reaccionar de diferentes maneras. Seguramente, nadie queda indiferente 😉

Si yo siento amor incondicional o un estado de hiperexistencia durante la meditación y al terminar no integro esas sensaciones en mí, no me servirán de nada. Si las integro, si las tengo presentes en mí aunque sea como referencia, me sirven como guía evolutiva de hacia dónde quiero caminar.

Evolutiva como persona y evolutiva como especie. Una especie en la que sus individuos se amaran todos unos a otros, sobreviviría y evolucionaría más que otra especie que se dedique a matarse o a hacerse la vida imposible. Una especie con flexibilidad psicológica, llegaría mucho más lejos en sus investigaciones, en sus inventos, en todo.

Tenemos una naturaleza muy curiosa. La curiosidad con flexibilidad psicológica y con amor incondicional no tendría límites y además sería siempre amorosa y respetuosa. Alcanzaríamos el infinito en cualquier plano de realidad.

Si otorgamos a cada una de estas experiencias de trance la relevancia que merece, nos nutriremos enormemente y ampliaremos nuestra percepción de la realidad. Adquiriremos una vida mucho más rica.

 

Los estados de trance nos proporcionan:

  1. mayor flexibilidad psicológica
  2. enriquecen la vida cotidiana
  3. amplían nuestra realidad
  4. nos aportan mayor conocimiento sobre nosotros mismos
  5. nos hacen sentir bien
  6. y además de lo anterior, como cada experiencia es diferente, cada una de ellas nos nutre intensamente de una manera particularmente distinta

 

El lado oscuro del trance

 

¡Pero OJO, que no es todo tan maravilloso! O puede no serlo. Que aquí todos somos personas de carne y hueso y no vivimos en los mundos de Mr Wonderful ni en el de los gurús de la trascendencia.  Existen los llamados comúnmente “malos viajes”. Pueden ocurrir con la práctica meditativa o con el uso de psicodélicos o utilizando cualquier otro recurso para acceder a esos otros “estados de conciencia”. Así que cuidado con esto.

Sensaciones físicas angustiosas, paranoia o ataques de pánico son algunos síntomas que experimentan algunas personas durante este tipo de prácticas. Estas experiencias pueden sacar a la luz traumas pasados o remover estados psicológicos actuales de conflictos que no están resueltos. Pero si se consiguen integrar bien, también pueden proporcionar un grandísimo aprendizaje positivo.

OJO: Por supuesto las personas con epilepsia, esquizofrenia o con cualquier trastorno del tipo psicótico o algún trastorno de personalidad, debería de tener mucha precaución con este tipo de prácticas. Y consultar a un médico neurólogo o psiquiatra antes de embarcarse en ellas.

Feliz momento.

 

Nieves Casanova. Caminante, consultora, escritora y fan de la pizza.

 

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