¿Que son las fantasías sexuales?

Las fantasías sexuales son pensamientos e imágenes sobre temas sexuales que nos llevan a sentir sensaciones corporales placenteras. Como están en nuestra imaginación, podemos transformar estos pensamientos o imágenes en lo que más nos guste: podemos ser o hacer todo aquello que en nuestras vidas reales y sexuales no nos permitimos.

Por medio de las mismas nos expresamos sexualmente y las podemos utilizar para lo que queramos: para sentir deseos sexuales, para excitarnos, para divertirnos…

Por ello las fantasías pueden ser una fuente de crecimiento personal, de autoconocimiento, de placer, de juego, de creatividad… A partir de las mismas podemos entender muchas de nuestras actitudes relacionadas con la sexualidad, valores y roles.

 

¿Son un tema tabú?

Como con cualquier otro tema relacionado con la sexualidad, en la mayoría de contextos siguen siendo tema tabú. Creo que es bastante menos frecuente hablar en una comida familiar de las fantasías sexuales que de fútbol o política.

Tradicionalmente se han asociado con inmadurez, infidelidad, pecado o con lo prohibido…

Se consideran como algo muy íntimo, que pueden desvelar aspectos muy secretos de nuestra personalidad que no hay que contar. Creemos que es mejor no compartirlas pues nos podemos avergonzar de lo que pensamos, o quizás creamos que tenemos que llevarlas a la práctica.

Si las contamos suele ser en contextos normalmente de amigos muy íntimos. O con la pareja si tenemos un nivel de intimidad y confianza muy bueno, cosa que ayudará a la vez a seguir creciendo como pareja.

Normalmente las fantasías se salen del modelo de expresión sexual que nos han vendido de forma tradicional: relaciones heterosexuales, genitales y coitales. Por eso siguen siendo tabú.

 

¿Para qué sirven las fantasías sexuales?

¡Ah! Pero… ¿tienen utilidad? Pues sí, sí la tienen.

De alguna u otra manera, todas las personas tenemos fantasías sexuales, como imágenes fugaces pasajeras involuntarias, o historias con principio y fin que recreamos en nuestras mentes de manera voluntaria.

Las fantasías tienen una función  importante en nuestras vidas, y pueden servir para:

  • Expresar nuestros sentimientos.
  • Evadirnos de la vida real, de la monotonía, de lo que no nos gusta.
  • Aumentar o iniciar la excitación sexual, tanto en relaciones sexuales en pareja como con nosotr@s mism@s (hay personas que necesitan utilizar algún tipo de fantasía para sentir un orgasmo).
  • Sentir excitación sexual sin ningún tipo de riesgo: sexo seguro.
  • Descargar o liberar tensiones.
  • Ensayar conductas sexuales que nunca hemos llevado a la práctica; podemos anticipar situaciones, dificultades, miedos…

En definitiva, forman parte de  nuestra sexualidad.

Las fantasías forman parte de nuestra sexualidad. Disfrútalas.

 

¿Podemos sentir miedo al fantasear?

Sí, es posible. ¿Por qué? Pues básicamente por nuestra educación sexual o la cultura o religión que nos condiciona y nos moldea sin que nos demos demasiada cuenta de ello.

Pero también podemos tener miedo porque no las entendemos.

Podemos tener miedo a ser infieles si pensamos o fantaseamos con otra persona que no sea nuestra pareja. Pero los pensamientos no son actos, la imaginación tampoco.

Miedo a perder el control con nuestra imaginación y fantasear cosas surrealistas y que pueden estar en contradicción con nuestro sistema de valores. Cuando esto ocurre, tendemos a reprimir estas fantasías no deseadas.

O tal vez miedo a querer llevar a la práctica, a la realidad todo lo que fantaseamos.

Pero, por el simple hecho de utilizar una determinada fantasía, no significa necesariamente que deseemos llevarla a la práctica.

Cuando la fantasía se intenta llevar a la realidad, deja de ser fantasía para pasar a ser acto; y además la mayoría de las veces pierde su poder erótico.

Si pensamos que nuestras fantasías no tenemos porqué llevarlas a la práctica ni hacerlas realidad, podremos llegar a disfrutar mucho con ellas.

Para que esto no nos ocurra, tenemos que desligar el campo de lo imaginario del campo de lo real; en el imaginario no hay límites, ni nada es racional, ni lógico. Tendríamos que aceptar las fantasías que nos llegan, sin juzgarlas (al modo mindfulness), teniendo claro que están en lo irreal, y sacando el máximo partido: jugando, sintiendo placer, evadiéndonos… que para eso están.

 

¿Qué tipos de fantasías sexuales son más comunes?

Estas pueden ser las más comunes:

  • Un recuerdo de algo que nos gusta
  • Algo que no hemos vivido pero que nos gustaría que nos ocurriera
  • Algo que no hemos vivido y que nunca llevaremos a cabo porque están enfrentadas con el sistema de valores.

No hay fantasías buenas o malas. Pueden ser voluntarias o involuntarias. Y pueden abarcar cualquier cosa que nuestra imaginación de humanos sea capaz.

En cualquier caso, las fantasías están para disfrutar. Y no, no necesitamos terapia por tener fantasía sexuales. Lo normal es que todo el mundo las tenga. Tampoco necesitamos terapia si no las tenemos: cada persona somos un mundo. Lo importante es que nos sintamos bien con nuestra propia sexualidad, con fantasías o sin ellas.

Feliz momento.

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