Que mindfulness está de moda es una realidad. Y cada vez se utiliza en más lugares y para más cosas. Mindfulness se utiliza como herramienta en las terapias contextuales de tercera generación con muy buenos resultados. Pero… ¿es mindfulness realmente una terapia efectiva o una moda peligrosa al servicio del mal?

 

Mc Mindfulness, la meditación para llevar de consumo rápido

¿Cómo es posible que se esté convirtiendo mindfulness en algo de consumo rápido? Es imposible, mindfulness viene de una práctica milenaria, contemplativa. Mindfulness se utiliza para la calma. No se puede consumir de forma rápida, es imposible. Una de las actitudes básicas de mindfulness, de sus pilares, es la paciencia.

Si se consume de forma rápida deja de ser mindfulness para convertirse en qué sé yo. La mercantilización agresiva de mindfulness lo está convirtiendo en algo similar a una hamburguesa de esas que se venden en un restaurante de comida rápida, que se sirve en unos minutos y caduca rápidamente si no la consumes rápidamente. Eso es justo lo contrario a la verdadera esencia de mindfulness.

Si la técnica de mindfulness se consume así no tiene ningún beneficio. Si mindfulness se practica rápido, se consume a sí misma y desaparece. Tal cual. Queda sin efecto.

Las personas que se acercan a mindfulness pensando únicamente en su bienestar, en obtener su placer de manera rápida, están en realidad consumiendo otra cosa; no están haciendo meditación.

 

¿Qué ocurrirá con el mindfulness de consumo rápido?

Las cosas sin esencia mueren porque no tienen alma que las sustente. Aunque el cerebro humano está diseñado para obtener placer de manera rápida y a través de una sesión de mindfulness ya podemos notar esos beneficios de calma y tranquilidad, si no lo integramos en nuestra vida cotidiana no deja de ser una cápsula más, como las que se ingieren con algo de líquido para quitar el dolor de cabeza. Pero después de una hora ya nos hemos olvidado de la pastillita.

El dolor volverá si no solucionamos de raíz aquello que lo provoca. Y eso no lo solucionamos con una sesión de atención plena. Lo podemos solucionar observando durante tiempo, siendo conscientes. Reflexionando y haciendo un trabajo personal de interiorización, de mirar a los miedos de frente y aceptar que están ahí. Observando nuestras conductas con calma, con amor y compasión. Reconociendo nuestros pensamientos y emociones. Tratándolos con cariño. Y después de darnos cuenta, entonces ya tenemos autonomía para decidir sobre nuestra transformación consciente.

 

Mindfulness como moda peligrosa de destrucción social

Las personas que utilizan mindfulness en el ámbito empresarial para que los trabajadores sean más productivos, y bajo la manida frase de la “aceptación”, les convencen para que acepten condiciones laborales terribles, están en realidad utilizando mindfulness como un arma para fomentar la esclavitud.

Y hablando de armas… También se utiliza mindfulness en el ejército americano. Y yo me pregunto, ¿para mejorar la salud y bienestar de los soldados o para que no les tiemble el pulso al disparar?

Resulta que aceptación nada tiene que ver con resignación. Aceptación no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que ocurre. Aceptación quiere decir darse cuenta de lo que ocurre, reconocerlo. La aceptación es el primer paso para el cambio.

Mindfulness sin ética es un peligro potencial que colabora en la destrucción del ser humano como ser social.

Hay practicantes de mindfulness que se aíslan del mundo y de sus semejantes, pensando únicamente en su propio bienestar. Se convierte en una herramienta hedonista donde nadie más tiene cabida. Y eso es justo lo contrario de la esencia de mindfulness. Por eso se insiste en que mindfulness es una de las alas del pájaro; para que pueda volar necesita la compasión.

 

La verdadera utilidad de mindfulness como terapia efectiva

Mindfulness sí es una terapia efectiva. Tiene origen en el budismo. Y precisamente, en el budismo se habla de compasión; de querer el bien para todos los seres más allá de nosotros mismos. Eso es el verdadero mindfulness. En el camino espiritual del budismo, el estudio, la reflexión, la meditación y la compasión tienen la misma importancia.

Recordemos que mindfulness es un término que popularizó en EEUU Jon Kabat Zinn. Él era practicante de yoga y meditación budistas. Él conservó la esencia de mindfulness, la experimentó en sí mismo y quiso compartirla con otras personas. En todos sus libros queda patente. Lo utilizó para reducir el dolor y el estrés en personas con patologías; para hacer el bien y para sanar. Lo utilizó como terapia para otros.

A partir de los buenos resultados que obtuvo se siguió investigando en clínica. Y se comprobó que mindfulness o la práctica de atención plena tiene múltiples beneficios en la salud general de las personas. Eso es algo muy bueno. Y ético. Bondadoso.

Se comprobó que mindfulness equilibra los niveles de estrés, reduce la ansiedad y los síntomas de muchas psicopatologías, incluida la depresión. Mindfulness, junto a la compasión está integrado en terapias psicológicas de tercera generación, consiguiendo unos resultados clínicos estupendos. La terapia centrada en la compasión CFT (compassion-focused therapy), es una terapia desarrollada por el psicólogo Paul Gilbert destinada a generar una motivación compasiva, es efectiva en el tratamiento de algunos trastornos.

Todo esto es bueno, muy bueno. Así que creo que mindfulness ha venido para quedarse; al menos en el área sanitaria. En psicoterapia queremos el bienestar del cliente, del paciente. Y le llamamos paciente porque es una persona paciente, porque necesita la paciencia para sanar. Queremos que la persona sane y hacemos lo posible para que así sea. Esto es utilizar mindfulness al servicio del bien, como dice el budismo: para aliviar el sufrimiento de todos los seres.

Más allá de la terapia psicológica, mindfulness para el bienestar personal es maravilloso cuando incluimos la compasión. Sin compasión queda cojo. En la jerga de mindfulness, la compasión nada tiene que ver con lástima. Es el deseo de aliviar el malestar propio y ajeno. Es querer el bien para todos.

Entonces, ¿es mindfulness realmente una terapia efectiva o una moda peligrosa al servicio del mal? Depende de nuestra actitud.

Hagamos de mindfulness una herramienta con corazón. Una forma de vida compasiva y consciente para conseguir un mundo mejor.

Feliz momento.

 

Este sitio web utiliza cookies para su correcto funcionamiento y para garantizar una correcta experiencia de usuario de acuerdo con nuestra política de privacidad. Al hacer clic en “Acepto”, consiente su uso. We are committed to protecting your privacy and ensuring your data is handled in compliance with the General Data Protection Regulation (GDPR).