20 de octubre. Mañana hará una semana que salí de Zamora… ufff… a priori no pensé que esto iba a durar tanto, pero bueno.
Durante estos días de parón, sigo indagando en el autismo de mujeres adultas. Hace muchos meses me puse a leer y a escuchar testimonios de mujeres diagnosticadas en la edad adulta y a escuchar charlas y conferencias de psicólogos especializados en autismo adulto.
Mi interés en autismo y neurodivergencias fue gradual. Se unieron una serie de factores que me hicieron preguntarme cosas… algunos factores personales y otros profesionales.
¿Sería yo capaz de diagnosticar autismo a una persona adulta? Rotundamente NO.
Me di cuenta de que, si no hacemos formaciones muy especializadas en neurodesarrollo y neurodivergencias y tenemos mucha experiencia, la mayoría de psicólogos generales sanitarios no estamos capacitados para detectar muchos casos de autismo adulto y podemos atribuir erróneamente otros diagnósticos.
He cerrado el negocio de psicología online, pero la psicología me sigue apasionando. Y quién sabe qué haré en el futuro. Tal vez me dedique a divulgar o escribir sobre neurodivergencias, algo que no hubiese imaginado nunca. O vuelva a pasar consultas o me dedique a escribir más ebooks pero con toque profesional… lo cierto es que escribir me apasiona… siempre me ha gustado, pero ya no cierro puertas a nada. Ahora mismo mi plan es caminar. Jejeje.
Sigo.
Al terminar el grado en psicología y estar estudiando el máster sanitario, aprendí muy poco sobre autismo y otras neurodivergencias. Todo se reducía (más o menos) a saber qué escalas lo miden, cuáles son sus criterios diagnósticos, cuál puede ser la intervención y poco más.
En un niño o niña que cumpla los criterios diagnósticos de manual, puede ser sencillo de ver y evaluar, pero… ¿qué pasa con los adultos? Y sobre todo: ¿qué pasa con las niñas y con mujeres adultas autistas?
Resulta que la manifestación (lo que se ve, la conducta) del autismo femenino y masculino, puede ser diferente. Por lo tanto, muchas niñas y mujeres autistas, quedaron sin diagnosticar. Muchos niños, también.
Las pruebas estandarizadas de evaluación no sirven para muchos casos de niñas y mujeres autistas. Así que, si eres mujer y tienes sospechas de ser autista, acude a un profesional super especializado; los test (aunque sean estandarizados y oficiales) que puedas encontrar en la red, probablemente no te sirvan de nada.
Mujeres que llegaron a adultas (me voy a centrar en mujeres, aunque también hay hombres) desarrollando estrategias de enmascaramiento y de compensación, sobreviviendo como pudieron, sintiendo toda la vida que no encajaban, sintiéndose raras o rotas y compensando sus dificultades de la manera que pudieron. Ahora bien… ¿esa compensación de la manera que supieron o pudieron fue la mejor? ¿esa compensación trajo consecuencias físicas o psicológicas?
Seguramente muchas de estas mujeres, durante su ciclo vital, recibieron otros diagnósticos como depresión o ansiedad, a otras les dijeron que eran PAS, etc. pero el autismo nunca se detectó.
En 2013 hubo una modificación en el manual diagnóstico que también afectó al autismo. Desaparecieron los subtipos síndrome de Asperger, de Rett (y otros) y se consideró el autismo un espectro. Pasó a denominarse TEA (trastorno del espectro autista). Pero no me meto en esto.
Parte de mi interés empezó por el tema PAS (personas altamente sensibles, entre las que se supone que estoy yo) y la disyuntiva que presentaban muchos profesionales de la salud mental.
Todo el mundo conoce el término PAS, pero no todos los profesionales lo comparten.
Cuando no hay suficiente evidencia científica y hay controversias… hay que averiguar por qué.
Muchos profesionales están convencidos de que la alta sensibilidad es una manera de percibir y procesar los estímulos que nos llegan del mundo exterior e interior, y que esa manera de percibir y procesar, perteneciendo a la neurodiversidad, puede formar parte de algo más grande; tal vez de alguna neurodivergencia.
Neurodiversidad y neurodivergencia no es lo mismo, pero no entro aquí.
El término neurodivergencia se refiere a una percepción y procesamiento que se salen de la “norma”.
Hace ya muchos meses leí un artículo del blog de Bea Sánchez. Se titulaba: “Creí que era muy PAS y resultó que era autista”. Ese artículo me dejó muy pensativa, me hizo un “crash”.
Después llegaron otras cosas… y, al igual que cuando alguna psicóloga me dijo que yo era PAS y entendí lo que significaba, y eso me dio muchas respuestas a mi manera de ser y por fin me sentí bastante integrada en una manera de percibir el mundo…
… cuando empecé a escuchar testimonios de mujeres autistas que descubrieron su condición en la edad adulta, sobre todo cuando relataban sus infancias, en muchos casos era como si relataran mi propia infancia.
Horas y horas de lloros sintiendo que me describían. Que había muchas chicas que habían pasado por lo mismo que yo. Que se sentían de manera muy similar. No me lo podía creer. Otras personas poniendo palabras a mis sensaciones.
Y como bien explican los profesionales: no todo lo que sentimos y cómo procesamos el mundo, se ve reflejado en la conducta.
Por ejemplo: si nos fijamos en la conducta de una niña que es tímida y tiene problemas para relacionarse con otros, tal vez podemos llegar a esa simple conclusión: que es una niña tímida con algún problemilla social. Y que ya se le pasará. O que no pasa nada por ser tímido. O que lo mejor es hacer lo posible para que se exponga a situaciones sociales.
Lo que nadie ve es el sufrimiento de esa niña o los esfuerzos que hace para intentar relacionarse con normalidad y sin éxito. Eso nadie lo mide. Las consecuencias de esos esfuerzos o de ese sufrimiento tampoco se ven ni se miden. El procesamiento interno que está llevando esa niña para desenvolverse en el mundo tampoco se ve a simple vista. Habría que mirar muchas cosas que están ocurriendo en los procesos internos de esa niña para saber si se trata solo de timidez o de algo mucho más grande.
¿Cómo está funcionando el cerebro de esa niña? Resulta que tampoco hay una prueba que lo explique de manera contundente. No es algo que se pueda ver con un análisis de sangre o una resonancia magnética o un estudio genético. Es todo muy complejo y está todo muy entremezclado; por eso es tan complicado.
A mí me pasa una cosa… y es que tengo necesidad de saber. De saber de lo que me interesa, claro 😀 Soy muy ignorante en muchísimas cosas.
Personalmente jamás hubiese considerado la posibilidad de ser autista o de ser TDAH o de ser altas capacidades o de ser neurodivergente más allá de PAS. Tenía el concepto de autismo muy distorsionado, incluso después de haber estudiado psicología.
El término PAS es mucho más “cómodo”. Pero tras varios meses de lectura y escucha profunda, he conseguido darme cuenta de que el mundo de las neurodivergencias es muy grande y tienen muchas cosas en común entre ellas, de que todavía nos queda mucho por saber. Que no todas las personas autistas son como Sheldon Cooper.
Habrá montones de mujeres autistas (u otras neurodivergencias) que se identifican como PAS, habrá montones de mujeres autistas que se hayan sentido raras o fuera de lugar toda la vida, que se hayan sentido extraterrestres y no sepan por qué. Que necesiten respuestas a su manera de percibir y procesar el mundo y que el término PAS se les quede pequeño.
Si ahora está habiendo muchas mujeres adultas diagnosticadas de autismo es porque las mujeres necesitamos saber, porque la investigación y algunos profesionales que llevan años trabajando en autismo se han dado cuenta de que las mujeres (entonces niñas) quedaron al margen (una vez más) de procesos de evaluación válidos para ellas. Seguimos viviendo en una sociedad patriarcal y machista, también en investigación y ciencia. Copón. Seguimos avanzando lentamente…
Cada persona, seamos como seamos, necesitamos aceptarnos. Si no hay aceptación, hay mucho sufrimiento. En mi caso, sea PAS o lo que sea, hay aceptación por pura supervivencia; aunque a veces haya dolor o incomprensión. Son 44 años conviviendo conmigo a diario… si no hubiese habido aceptación y terapia, no estaría aquí escribiendo tochos. Pero más allá de la aceptación, necesito seguir averiguando… habrá personas que puedan vivir más cómodamente en la incertidumbre o que simplemente les de igual. Todo es respetable. Cada persona somos diferentes.
Mi búsqueda de quién soy no ha finalizado todavía. En realidad, creo que la búsqueda de quiénes somos no termina nunca. 🙂 He puesto recursos en marcha. Irme a caminar forma parte de esa búsqueda y también es uno de esos recursos. Necesito que mis intestinos funcionen con normalidad ya, copón… por muy PAS que sean 😀 (Esto lo digo porque estoy de parón de mi caminar sin fecha de vuelta por unas molestias intestinales).
La administradora del único grupo PAS coherente que he visto en la red (donde no hay seres de luz, ni niños índigo ni unicornios), me invitó una vez a escribir un artículo sobre PAS y Autismo. No me encuentro capacitada para escribir un artículo serio (y para escribir cosas serias a medias, prefiero no hacerlo), así que os comparto este texto más personal que acabáis de leer y varios links de profesionales competentes.
Si estáis interesados en autismo (también femenino), os dejo algunos links de especialistas que explican las cosas con un lenguaje al alcance de todos.
María Merino (cualquiera de sus conferencias, no podría seleccionar una).
Mi único grupo de FB PAS de confianza sin unicornios ni sancedes y que no pretende sacar dinero con el término PAS ni pertenece a ninguna asociación. Sensibilidad evolutiva.
NOVEDAD: puedes apoyarme en la creación de contenido invitándome a una pizza aquí
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