La postura ideal de meditación es la llamada posición padmasana o posición de Loto. Pero en realidad se puede adaptar a la condición física de cada persona.
No es que tengamos un cuerpo; somos cuerpos.
Herbert Somplatzki
Aunque el lenguaje corporal se puede llegar a entrenar, suele ser un mecanismo inconsciente, por lo tanto un buen indicador del estado interno de las personas. Es una forma de comunicación que utiliza movimientos y gestos que acompañan a pensamientos y emociones del comunicador.
La expresión de la cara es el reflejo del alma, dicen. Bien. En el rostro suelen acumularse muchas tensiones; es la parte de nuestro cuerpo más expresiva. Por eso, durante la meditación suelo hacer hincapié en que nos demos cuenta de las tensiones que puedan haber en nuestro cuerpo y en especial de nuestro rostro.
Podemos dedicar algunos minutos al día a prestar atención a las tensiones de nuestro rostro… seguro que se contrae más de una vez sin que nos demos cuenta.
Puesto que, como seres humanos que somos, nuestro cuerpo y mente forman parte de la misma unidad de nuestra existencia, debemos prestar atención a ambos.
Por eso también insisto tanto en las posiciones correctas para los ejercicios de meditación. También comenté en algún post que se puede practicar Mindfulness en cualquier momento, en cualquier posición, haciendo cualquier actividad, pero aquí y ahora me estoy refiriendo a las denominadas “posiciones formales de meditación”. Todo tiene su por qué.
Las posturas no deben generar tensiones adicionales y se pueden adaptar a las posibilidades de cada persona, pero siempre es importante que el practicante sea consciente de la posición de su cuerpo, para ir aprendiendo a tomar conciencia de uno mismo.
Aunque la conocidísima postura de Loto (Padmasana) en meditación no está al alcance de cualquier persona por la flexibilidad que requiere, podemos adaptar esa posición de piernas cruzadas a una mucho más sencilla y asequible para casi todas las personas que puedan permanecer sentadas. Esta postura es la llamada postura de Medio Loto o Ardha Padmasana. Puedes ver la posición Ardha Padmasana y Padmasana de meditación en el vídeo.
Cómo conseguir la posición correcta
- Piernas extendidas.
- Doblar la pierna derecha, talón al perineo.
- Doblar la pierna izquierda colocando el pie delante del pie derecho.
- Separar los glúteos con las manos para que los isquiones queden bien apoyados en el suelo.
- Las piernas así flexionadas apoyan bien en el suelo, formando una base estable sobre la cual se alza el tronco y la columna vertebral se verticaliza.
- Podemos colocar un cojín debajo de los glúteos para evitar rigidez.
- Se puede utilizar un taburete o banquito de meditación.
- Cabeza erguida. Imaginamos que un hilo tira de nuestra coronilla hacia el techo. De esta forma se alarga la parte posterior del cuello y se favorece la rectitud de la columna vertebral.
- Las manos apoyadas cerca de las rodillas, sobre los muslos o en el regazo (apoyando el dorso de una mano sobre la palma de la otra). También se pueden utilizar mudras.
- Importante que la respiración sea por la nariz. El vello del interior de las fosas nasales actúa como filtro de polvo e impurezas del aire y además el aire entra y sale de forma más “controlada” por lo tanto podemos ser más consciente de ello y favorecemos la concentración.
La postura ideal de meditación depende de cada persona.
Adoptando esta postura con la columna vertebral recta, la respiración fluye sin resistencias; además es una posición corporal digna y tranquila que, de manera inconsciente, hace que proyectemos esa sensación hacia afuera en nuestro día a día.
Pero que no cunda el pánico si esta postura os resulta difícil, incómoda o imposible. Todas las posiciones se pueden adaptar a las características del practicante. Así que si tenéis dudas… ¡contactadme!
Feliz momento 🙂
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