¿Cómo no se me habrá ocurrido antes escribir un post referente al sexo, psicología y mindfulness en un blog que comienza con la palabra “Clímax”? Pues aquí lo tenéis.

¡Ja! ¿El título os ha llamado la atención, verdad? Lo sabía…

Por supuesto, no hace falta decir que si algún lector o lectora tiene algún problema de salud sexual debe acudir al médico o al psicólogo, ¿verdad?

Este texto es sólo un artículo que puede orientar, pero jamás un texto de Internet debe ser un sustituto de la visita a un profesional de la salud.

Sexo

Según definición de la RAE:

  1. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
  2. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. 
  3. Órganos sexuales.
  4. Actividad sexual. (Nos vamos a centrar en ésta).

Fisiología de la respuesta sexual

Si hay algo que me resulta realmente fascinante (además de la psicología) es comprender cómo funcionamos desde el punto de vista fisiológico.

Recordemos que la psicología se nutre de la biología, la fisiología, la antropología, la filosofía, la lingüística, la neurociencia y… muy a mi pesar (porque no se me da nada bien), ¡también de la estadística!

Un poco de todo eso y algunas cosas más, como farmacología, es lo que estudiamos en la carrera de psicología.

La fisiología me apasiona; y en esta tabla que si pincháis en el enlace podéis ver y descargar, se pueden  leer los principales cambios genitales y extragenitales observados durante el coito (Tabla extraída de Mas, M. (2005). Fisiología de la respuesta sexual. Fisiología humana).

Considero fundamental  además, conocer bien nuestro cuerpo para poder disfrutar de la sexualidad.

Bien, pues una vez vista a “golpe de tabla” la fisiología de la respuesta sexual humana para poder comprender un poco mejor cómo funcionamos, vamos a adentrarnos en psicología pura y dura…  mejor dicho: psicopatología.

Mindfulness se utiliza en el tratamiento de las disfunciones sexuales.

Las disfunciones sexuales

(Otro tipo de trastornos sexuales no pertenecientes a las disfunciones sexuales ya los abordaremos en otro momento y en otro post)

El  DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, muy lleno de controversia por cierto –seguro que cambiará en el futuro- )  define las disfunciones sexuales como un grupo de trastornos caracterizados por una alteración clínicamente significativa de la capacidad de la persona para responder sexualmente o para experimentar placer sexual.

Una misma persona podría padecer varias disfunciones a la vez, debiéndose diagnosticar todas.

Las  disfunciones sexuales incluyen:

  • la eyaculación retardada
  • el trastorno eréctil
  • el trastorno orgásmico
  • el trastorno del interés/excitación sexual
  • el trastorno de dolor genito-pélvico/penetración
  • el trastorno de deseo sexual hipoactivo
  • la eyaculación prematura (precoz)
  • la disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos (muchas sustancias y medicamentos reducen la excitación sexual o incluso la anulan)
  • otra disfunción sexual especificada
  • la disfunción sexual no especificada

Pero no nos alarmemos con tantas disfunciones… que casi todo tiene solución con una buena intervención; y sobre todo, comenzando con una de las bases de Mindfulness : la aceptación.

En la evaluación psicológica de las disfunciones sexuales deben considerarse varios factores, dado que pueden ser relevantes para averiguar el origen o la causa y para poder administrar un tratamiento adecuado.

Algunos de estos factores importantes pueden ser por ejemplo:

  • problemas sexuales de la pareja; estado de salud de la pareja
  • factores de la relación como mala comunicación o discrepancias en el deseo de mantener relaciones sexuales
  • vulnerabilidad individual como una percepción negativa de la propia imagen corporal o antecedentes de abuso sexual o emocional
  • existencia de otros trastornos psicológicos como depresión, ansiedad (es muy frecuente y normal la total o parcial pérdida del deseo sexual en episodios depresivos o ansiosos)
  • factores de estrés como la pérdida del empleo o una fase de  duelo
  • culturales o religiosos como por ejemplo prohibiciones en relación la actividad sexual o el placer o ciertas actitudes hacia la sexualidad
  • otros factores de carácter médico que puedan ser relevantes.
Fotografía tomada en septiembre de 2018 en una exposición del artista Antoni Miró en La Marina, Valencia.

Tratamiento

Aunque el DSM-5 explica muy bien las características de cada trastorno para poder diagnosticarlo y tratarlo correctamente _puesto que en muchas ocasiones, son problemillas pasajeros que no se consideran trastornos y ni siquiera necesitan terapia, se solucionan de forma natural_ y dado que la sexualidad humana hay que contemplarla de una forma holística desde el punto de vista biológico-fisiológico-cultural-emocional-espiritual, etc. no voy a tratar aquí cada disfunción y etiquetar los síntomas (para eso está el Manual).

Recordemos que cada persona es única. Cada persona es ella y sus circunstancias y cuando se hace un diagnóstico, se tiene todo en cuenta. Por eso  comenté al principio, que ningún texto de internet puede sustituir a una visita al psicólog@.

Mindfulness

Lo que sí podemos aplicar a todas las personas por igual, excepto en los casos en que no está recomendado Mindfulness , es tratar de vivir los trastornos con aceptación, con atención plena, con apertura al cambio, con paciencia y sin juzgar ni por parte de la persona que las padece ni por parte de sus familiares o parejas sexuales.

De nuevo las 7 actitudes básicas de Mindfulness son absolutamente necesarias para poder dejar bien asentadas las bases del cambio y recuperación en cualquier tipo de disfunción sexual.

Por supuesto la buena comunicación con la pareja es fundamental,  la comprensión y el apoyo son básicos.

Es muy frecuente entrar en una retroalimentación negativa a consecuencia de una disfunción sexual, puesto que se reacciona hacia ella con rechazo; y ese rechazo genera mayor insatisfacción, llegando muchas veces a querer evitar la posibilidad de una relación sexual no por el trastorno sexual, sino por el componente psicológico de rechazo o miedo hacia ese trastorno.

Diríamos que es como “la pescadilla que se muerde la cola”. De nuevo la aceptación y la comprensión son fundamentales para salir de esa rueda de negativismo.

Mindfulness se está utilizando también en la intervención psicológica y el tratamiento de disfunciones sexuales.

Mucho ánimo a las personas que sufren alguno de estos trastornos y no os preocupéis. Podéis acudir al psicólog@, que son trastornos muy comunes y la mayoría de las veces, tienen solución.

Feliz momento.

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